El Mega Puerto de Chancay está a punto para ser inaugurado y arrancar, con sus muelles, terminales, espigones, diques, grúas automatizadas STS y RTG, etc. ¿Y la ciudad puerto de Chancay que parió el mega puerto también está a punto? Nada más distante de ello: está en crisis y se ha vuelto una verdadera papa caliente.
No exagero ni en lo uno ni en lo otro, pues la ciudad puerto de Chancay se ha vuelto una papa caliente ante el ninguneo del gobierno central, a pesar de haber sido la que parió el mega puerto. Y digo que lo parió porque, si ese proyecto portuario privado llegó a cuajar pese a múltiples barreras burocráticas, fue gracias a que la ciudad y su alcalde lo arrullaron desde su concepción, facilitándole cada paso, otorgándole licencias, permisos, auspicios y sacrificios, para verlo brillar con la potencia del futuro mayor mega puerto de Latinoamérica.
No es que la ciudad y su alcalde ignoraran los posibles riesgos ambientales y sociales que implicaba un proyecto así de importante para todo el Perú (todos los puertos los tienen), sino que lo enfocaban como un desafío en aras de un desarrollo local y nacional promisorio y sostenible.
Historia del Matrimonio Puerto-Ciudad
Todo empezó en 2007, cuando el ex almirante Juan Ribaudo de la Torre fundó la empresa Chancay Port con miras a dar a luz un gran puerto al sur del antiguo muelle de Chancay. En 2011 se asocia con la minera Volcan constituyendo la empresa Terminales Portuarios Chancay, la cual en 2014 contrató a la consultora MAXIMIXE para realizar el estudio de factibilidad económico-financiera del proyecto portuario, contemplando una inversión de US$ 460 millones. No hubo entonces un primer ministro o presidente de la república del Perú comprándose el pleito del proyecto, sino un humilde alcalde local.
En mayo de 2016, cuando el actual alcalde de Chancay, Juan Alberto Álvarez, cumplía su tercer mandato, la empresa pudo poner la primera piedra del mega puerto en ciernes. Hacia 2019 Volcan busca un socio estratégico para ampliar la inversión a US$ 1,800 millones y encuentra a la empresa china Cosco Shipping Ports, líder global en servicios portuarios con presencia en cinco regiones portuarias del mundo1 , con lo cual el proyecto amplió su inversión a US$ 3,600 millones.
Cosas de la vida en Quechuoslovaquia, el alcalde que facilitó esa metamorfosis apoteósica, en vez de merecer respaldo unánime (como en su momento lo tuvo Lee Kuan Ye, Primer Ministro en 1959-1990, artífice de la transformación de Singapur en un hub logístico de talla mundial), paradojas del destino, en su actual cuarto mandato se parece más a un Don Quijote de la Mancha arando en el desierto.
Ante la clamorosa orfandad de recursos para solucionar los multiplicados problemas de su ciudad, se la pasa luchando contra molinos de viento, enviando oficios con mensajes de SOS a diestra y siniestra, tocando y tocando puertas mudas: desde el Palacio de Gobierno y el Palacio de Plaza Bolívar hasta las puertas del Ministro de Economía y Finanzas y otros. Sin respuesta alguna, a pesar de ser hoy por hoy el distrito más asediado del país, por una población, inversiones privadas y desafíos en expansión vertiginosa.
Chancay: Una ciudad Puerto en Mega Emergencia
Con un presupuesto del tamaño de una ciudad de caleta de pescadores evidentemente estamos ante una bomba de tiempo. ¿Cómo amamantar así al recién nacido mega puerto? ¿Cómo domar las hordas de migrantes, la delincuencia disparada, el colapso del único hospital, los impactos sociales y ambientales desatendidos ocasionados por la construcción del puerto, con cantidad de viviendas afectadas por voladuras y explosiones generadas por las obras? ¿Cómo controlar la especulación de terrenos y el tráfico de tierras, la afectación a la pesca artesanal de la zona, la actividad turística que crece vertiginosa?
Un mega puerto dentro de una pequeña ciudad genera una presión inusual en el uso del suelo y la organización territorial, por ser un imán de atracción de inversiones. Por ello el súbito crecimiento de las migraciones la expansión urbana no planificada en áreas cercanas al puerto, con desarrollos informales y subdivisión de tierras de alto rendimiento agrícola, sin alineamiento a una política de desarrollo urbano sostenible.
Si las brechas de la ciudad de Chancay en educación, salud, vivienda y servicios básicos ya eran grandes para su población tradicional, imagínense cómo se vienen disparando con la expectativa de un aluvión de contenedores, camiones, buques Post-Panamax, etc. ¿Y cómo será tras la inauguración del puerto? Ante la acumulación de problemas sociales y ambientales, el auge del sicariato, las desapariciones y crímenes en las calles, la población chancayana está que arde y ya prepara en protesta un foro ciudadano alternativo al APEC para noviembre.
Recursos Insuficientes y Esfuerzos Tardíos
Si la alcaldía no contara con una base de buenos cuadros técnicos, un portafolio de proyectos listos para ser financiados y un burgomaestre con experiencia y liderazgo, quizás se le pudiera echar la culpa de todo. Sin embargo, cuenta con ello. Lo que le falta son recursos y capacidad de unificar los esfuerzos de planificación dispersos que desde el gobierno central se han emprendido a última hora.
A falta de apoyo gubernamental oportuno y consistente hay organismos cooperantes que han identificado desde temprano la necesidad y han venido ayudando a la alcaldía. Es el caso de la Corporación Andina de Fomento (CAF) que le viene brindando asistencia técnica para afrontar la brecha actual de saneamiento y reforzar sus capacidades de gestión municipal.
El Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento (MVCS) y el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) vienen elaborando planes y proyectos, aunque sin contar con un marco de referencia integral previo que permitiera dar consistencia a sus prescripciones bajo un único y sólido enfoque. Esta dispersión puede conllevar a un crecimiento desordenado, la duplicación de esfuerzos y costos sociales y ambientales que podrían evitarse.
Dentro del marco de la Ley de Desarrollo Urbano Sostenible (Ley N°31333), el MVCS contrató tres consultores privados distintos, para elaborar el Plan de Acondicionamiento Territorial (PAT) de la Provincia de Huaral y los Planes de Desarrollo Urbano (PDU) de los distritos Chancay, Huaral y Aucallama. Con enfoques distintos que vienen dificultando la coordinación entre equipos y la compatibilidad de sus propuestas. La aprobación del PAT corresponde a la Provincia de Huaral, lo que podría afectar al distrito de Chancay, sede de la infraestructura portuaria y logística. Si bien la Municipalidad de Chancay tiene la potestad de aprobar su PDU, sus necesarias adecuaciones requerirán la aprobación de Huaral, lo que puede frenar la velocidad de las decisiones y aumentar el riesgo de informalidad y corrupción de funcionarios.
El MTC ha anunciado algunas obras orientadas a mejorar la interconexión de Chancay con Lima y Callao, como el mejoramiento de la Panamericana Norte (Red Vial N° 5), la vía Evitamiento Chanca-Chancayllo y la nueva vía que conformaría el par vial Variante Serpentín Pasamayo, con una inversión aproximada de US$ 300 millones. Sin embargo, estas obras aun no tienen fecha de nacimiento. Urge pues contar con un Plan Maestro que sirva como un instrumento integrador, articulador y ordenador, capaz de guiar a través de un tablero de comando e indicadores clave, un proceso de desarrollo sostenible y competitivo, sectorial y socialmente equilibrado.
Desafíos Ambientales de Chancay
Por la magnitud de su infraestructura y sus operaciones, todo mega puerto implica la articulación de políticas, planes y programas públicos y privados con impactos ambientales, económicos y sociales que es necesario evaluar y monitorear a través de una Evaluación Ambiental Estratégica (EAE). Le compete al Ministerio del Ambiente asumir esta tarea, más temprano que tarde.
La operación del puerto conllevará cambios en la distribución del suelo, promoviendo la expansión de áreas industriales y logísticas cercanas al puerto. Esto puede desplazar actividades agrícolas o residenciales, generando nuevas demandas de servicios e infraestructura. El alza de precios de los terrenos de alto rendimiento agrícola viene propiciando el abandono de sus cultivos, incentivando su subdivisión para destinarlos a uso urbano, sin respetar ningún orden o política de desarrollo urbano sostenible.
La perspectiva de desarrollo del movimiento comercial y de transporte de carga atraerá más inversiones y migraciones que las estrictamente demandadas por el proyecto portuario, lo que puede desencadenar un crecimiento urbano rápido no planificado e informal, con falta de servicios adecuados y congestión.
La necesidad de mejorar las conexiones viales y ferroviarias para facilitar el transporte de mercancías desde y hacia el puerto, demandará una profunda transformación del sistema de transporte, con nuevas carreteras, ferrocarriles y acceso a servicios logísticos, lo que cambiará la configuración territorial y exigirá una gobernanza muy sólida, que una alcaldía desnutrida de recursos no está en capacidad de garantizar.
Las obras de dragado, construcción de muelles y rellenos pueden haber modificado los ecosistemas marinos, afectando a especies que habitan en la zona. Existe el riesgo de derrames de sustancias tóxicas (aceites, combustibles, lubricantes) que pueden contaminar el agua, afectando la calidad de los ecosistemas y la fauna marina.
También hay un riesgo de aumento de sedimentos suspendidos en el agua, lo que puede afectar la flora y fauna marina, así como las actividades pesqueras. La maquinaria de construcción, los buques y el transporte terrestre generan emisiones de dióxido de carbono (CO2), óxidos de nitrógeno (NOx) y partículas en suspensión (PM), lo que puede elevar la contaminación del aire. Además, pueden subir los niveles de ruido, afectando la fauna.
La construcción del puerto puede restringir áreas de pesca o modificar las corrientes y condiciones del hábitat marino, afectando la productividad pesquera y poniendo en riesgo el sustento de las comunidades locales dedicadas a la pesca. La construcción de diques y muelles puede alterar las dinámicas naturales de sedimentación y erosión a lo largo de la costa. Esto podría incrementar la erosión costera en otras áreas cercanas, afectando playas, áreas turísticas o zonas residenciales.
El mayor tráfico de embarcaciones podría aumentar la posibilidad de colisiones con especies marinas, como ballenas y delfines, que frecuentan el área, además de generar contaminación acústica submarina, que afecta la comunicación y el comportamiento de los mamíferos marinos.
La operación del puerto generará grandes cantidades de residuos sólidos y líquidos que, si no son bien gestionados, pueden contaminar suelos y cuerpos de agua. Las aguas residuales provenientes de la operación del puerto y de las embarcaciones (aguas grises, aguas negras) pueden afectar la calidad del agua si no se implementan sistemas de tratamiento eficaces.
Agenda Inmediata de la Ciudad Puerto de Chancay
Más allá de esos tremendos desafíos, la ciudad de Chancay tiene urgencias que atender de inmediato, como la construcción de una planta de tratamiento de agua potable, que cuenta con un estudio elaborado por Cosco Shipping y que implica una inversión que supera los S/ 200 millones. Cosco Shipping Ports ha invertido US$ 1 millón entre estudios para esa planta de tratamiento y para el plan de seguridad ciudadana.
En esta agenda de acción inmediata figura el único hospital de la ciudad, que está colapsado por el súbito aumento poblacional y, para colmo, se incendió dos veces seguidas en un año, ante lo cual los fondos de contingencia del MEF brillan por su ausencia.
Urge también controlar las invasiones y disputas por terrenos, con inteligencia policial. La alcaldía cuenta con un estudio de preinversión para afrontar técnicamente la inseguridad ciudadana en Chancay y para ejecutarlo necesita S/ 14 millones. Urge también contar con un complejo policial que ayude a combatir una criminalidad cada vez más sanguinaria y en ascenso meteórico. Sin embargo, el Ministerio del Interior dice que estaría recién para 2026, a pesar de que la alcaldía le entregó el terreno desde hace mucho.
El Gobierno Regional de Lima Provincias no invierte nada en transporte y salud, que es su facultad, mientras Chancay está fuera de su presupuesto participativo regional. El gobierno nacional asignó tres obras de equipamiento urbano para el área de influencia del mega puerto a través de Punche Perú, pero solo una tiene presupuesto.
La carretera Panamericana Norte ya está congestionada y lo estará mucho más a partir de enero, cuando empiece a operar el puerto. El gobierno dice venir elaborando un decreto legislativo para efectuar una intervención que permita construir un nuevo proyecto vial de 68 kilómetros de extensión, desde el puerto de Chancay hasta la avenida Revolución en Comas, que saldría por Carabayllo al Nuevo Pasamayito. De esto viene hablando desde 2018 pero hasta ahora no hay un cuándo.
A Manera de Epílogo
El mega puerto de Chancay ya está a punto para celebrar su inauguración, pero la ciudad puerto de Chancay está muy lejos de estar lista para recibirlo. El mega puerto pareciera ser la vedette del Ejecutivo y el Congreso y la ciudad puerto de Chancay su Cenicienta, maltratada y ninguneada. Todos querrán salir en la foto inaugural y es así que Promperú ya prepara una campaña de posicionamiento de la marca “Perú” en China utilizando la imagen de “Chancay” como portaestandarte, mientras la presidente Dina Boluarte ya alista su más lujoso atuendo para acompañar al presidente de China, Xi Jinping, en el estreno chancayano.
[1] Cosco Shipping Ports tiene presencia en China, Europa, el Mediterráneo, Oriente Medio, el sudeste asiático, Sudamérica y África. En 2023 administraba 371 atracaderos en 38 puertos, de los cuales 224 eran para contenedores, con capacidad de manejo anual de 123 millones de TEUs.